Del "No veo la hora de ser grande" a "¿En qué momento pasó el tiempo?

Querido Quien Seas:

Escucho a mis hijos contar constantemente los días que faltan para cumplir años, y los veo llenarse de expectativas sobre las cosas que van a poder hacer cuando crezcan, y no puedo evitar trasladarme mentalmente a esa etapa de mi propia vida. 

Me recordé a mí misma siendo una niña que jugaba, pero que también soñaba e imaginaba cómo sería llegar a ser grande. Y no es que mi infancia no haya sido maravillosa, sino todo lo contrario; pero por algún extraño motivo la mayoría de nosotros tenemos esa ilusión de que ser grande debe ser mucho más maravilloso. 

Tenía la fantasía de que todas esas limitaciones que me ataban por el solo hecho de ser pequeña, iban a desaparecer, que tendría mucha más libertad para hacer lo que quisiera, que la infancia era solamente un  ensayo para la gran vida que tendría una vez que me convirtiera en adulta

Los años parecían pasar muy lento, los meses, incluso los días eran eternos. Y en algún punto, en medio de todo eso, algo pasó sin que siquiera haya podido darme cuenta: crecí. 

Un día me encontré convertida en una mujer, con una carrera, un trabajo, una casa, un matrimonio y tres hijos... todo construido por mí, pero al mismo tiempo también, todo pesando sobre mis hombros. 


 

Ahora los días no pasan lentos, sino que parecen irse volando en medio de rutinas y responsabilidades. Muchas de mis fantasías fueron sustituidas por fragmentos nostálgicos de lo que alguna vez pasó, de lo que hubiera querido que pase, de lo que ya no puede pasar. 

Y es ahí, justo ahí, que me doy un cachetazo de conciencia y me pregunto: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo seguir evadiendo el presente? ¿Hasta cuándo seguir fantaseando con lo que podría ser, arrepintiéndome de lo que no fue, extrañando lo que ya no es? 

Entonces me salgo del torbellino mental, bajo la escalerita de mi cabeza y abro los ojos, los oídos, el alma: miro, observo, contemplo: las risas de ellos, sus juegos, sus ganas de vivir. Me tiro al suelo y soy una más. Leemos cuentos, pintamos, armamos bloques. Agarro uno de mis libros (esos que leo por placer), escribo... y dejo de esperar, de resentir, de culpar. 

Porque la vida es esto, siempre fue esto, solo que yo no lo sabía. 

¿Te pasó algo de esto, alguna vez? 

¿Sentiste ansiedad por el futuro, deseos de que el tiempo pase rápido?

¿Perdiste horas de tu vida culpándote por lo que no hiciste, o arrepintiéndote de lo que sí? 

Y hoy, ¿En qué usas tu tiempo? ¿Sobre qué bases construyes tu vida? ¿A qué situaciones responden tus emociones? ¿Estás presente en tu vida tal cual es? ¿O te la pasas viviendo en mundos imaginarios que aceleran el tiempo y te llevan a perderte en los laberintos de tu mente? 

Te invito a compartir tus pensamientos y reflexiones en los comentarios.  

Gracias por leerme 

Mónica 💕

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