¿Qué quieres ser cuando seas grande?

 

—Mamá, todavía no sé qué quiero ser cuando sea grande.

—Tienes nueve años hija, no se supone que lo sepas. Yo tengo cuarenta y todavía no sé qué quiero ser cuando sea grande.

—¡Pero vos ya sos grande!

—Sí, pero todavía no sé qué quiero ser. O quizás, en realidad, todavía no soy lo que quiero ser.

—¿Para qué le dices eso? — me pregunta Dante, desde el volante, interviniendo por primera vez en la conversación.

Y la verdad que no sé, no sé para qué se lo digo. No sé para qué digo la mayoría de las cosas. Quizás simplemente pensé que decirlo le daba permiso a ella a no tener que obligarse a elegir un camino como única alternativa, a darse cuenta que no se va a «convertir en alguien» cuando sea grande (porque ya es alguien y solo tiene que darse el derecho de seguir siéndolo), o que tener cuarenta no es sinónimo de tener la vida resuelta, como yo creía cuando era chica.

—Si a vos te gustaba escribir, ¿por qué no estudiaste para eso?

«Por la puta vida» me hubiera gustado contestarle. «Porque me pareció mejor idea pasarle un palo de amasar a los destellos y a las mariposas que me revoloteaban por dentro. Y, sin darme cuenta, el alma se me volvió chiquitita, aplanada, prolijita, absolutamente capaz de entrar en cualquier molde». Y empecé a caminar con la mirada baja, a encorvar la espalda y arrastrar un poco los pies, a perder el vaivén de las caderas y la luz en los ojos, a decir «abogada» despacito, cada vez que me preguntan a qué me dedico… porque la verdad es que no me dedico a eso, ni puedo, ni quiero. Y no es que odie tanto el Derecho, si hasta me provocó varios estremecimientos de placer cuando estudiaba. Es que odio la idea de haberme traicionado a mí misma, sentir que el tiempo no es mío, que yo misma me soy ajena, que no me encuentro, salvo en pequeñas ocasiones contadas con los dedos, como por ejemplo en la mirada de mis hijos, en sus preguntas sin respuesta (o con respuestas infinitas), en algún milagroso instante en el que me acuerdo de levantar la vista y mirar el horizonte, y en esas veces en que me animo a tirar todo a la mierda y escribirme sobre el papel.

Comentarios

  1. Sos mi idola . Te quiero tanto

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  2. Sos mi idola . Te quiero 💕

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  3. Sos tan grande y te admiro tanto Moni. Vos y el escucharte realmente me cambio la vida.Mis mejores deseos para vos

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  4. Dejen sus nombres!!! jajaj sino, no sé quién es cada uno

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